María Moreno Merino
El pasado diecisiete de marzo tuvimos el placer de recibir en la clase de 4ºC del IES Profesor Hernández Pacheco a Alejandro Hernández Corral, quien nos acercó al mundo de los debates y nos dio algunas instrucciones sobre cómo debatir.
En la clase nos comentó las partes que tiene un debate académico y nos explicó cómo se desarrolla el mismo para que los alumnos tuviesen claro los pasos a seguir en el momento en que ellos tengan que formar parte de un debate.
Pero lo más destacable es que acercó al aula la importancia y el poder que tiene en los alumnos el hecho de debatir sobre temas de educación, como la inclusión del móvil en las aulas o el debate del siglo que divide a los españoles: ¿tortilla con o sin cebolla? Los alumnos reflexionaron y encontraron argumentos más allá de simplemente el sabor, pensando en la jugosidad que puede aportar la cebolla a la textura de la tortilla o que al añadir cebolla también estás añadiendo un aporte nutricional.
Desde su experiencia como debatiente pudo ofrecernos algunos trucos como las muletillas con las que expresarnos a la hora de defender nuestra postura en el debate: “En mi mundo hay esto, pero en tu mundo hay esto y esto”. La división en posturas contrarias o en mundos distintos nos produce una individualización de nuestro punto de vista y nos hace posicionarnos dentro del debate donde nos identificamos más con el parecer que tengamos que tomar, si es a favor o en contra del tema del debate; es decir, nos diferenciamos del grupo contrario llevándolo no solo a puntos de vista distintos, sino a mundos diferentes.
Nuestros alumnos aprendieron que a la hora de postular una réplica a favor o en contra de un tema o de un tópico determinado, podemos comenzar con los argumentos del equipo contrario para después rebatírselos con nuestros propios argumentos: “Te compro tu argumento, pero nosotros también pensamos que…”.
Los principales aprendizajes que pudimos extraer de esta charla fueron el trabajo colaborativo al participar en grupos, la argumentación, la oratoria, la conciencia crítica, la organización de ideas en la cabeza y el saber expresarlas en discursos frente al resto.
Alejandro consiguió que los alumnos participasen y trabajasen en la reflexión de los temas que les atañen a ellos personalmente. De esto sacamos un valor muy importante: que los estudiantes se involucren más en la asignatura de Lengua castellana y Literatura y que, al trabajar en el debate, encontremos una mejora en el lenguaje, al controlar y medir las palabras, su forma de expresarse y, al potenciar que se condensen sus pensamientos para transmitir al resto los conceptos que realmente son importantes.
La visita de Alejandro ha resultado ser una experiencia de aprendizaje tanto para los estudiantes como para los profesores, llevándonos a investigar cuestiones de interés y a reflexionar sobre ello. La consecuencia fundamental de todo esto es que estamos ante un método, el debate, con una aplicación práctica en la vida diaria
Interacciones con los lectores